Estás en: Inicio › Noticias › Noticia
« volver
La Nueva España 24/11/2010 - Un matrimonio de la Villa Condal, él cirujano y ella enfermera, salva a un monitor de esquí con una dolencia cardiaca en la estación de Kaprun
Un matrimonio noreñense salvó la vida a un monitor de esquí, en la mañana de ayer, en la estación austriaca de Kaprun. La pareja, que se encuentra en la estación alpina pasando unas vacaciones, reanimó al monitor, de 49 años, tras presenciar que se desplomaba en plena pista, debido a una dolencia cardiaca. Ambos lograron mantenerlo con vida hasta que pudo ser trasladado a un hospital.
«Hubo un momento que pensamos que se nos iba», relata desde Kaprun Ramón Fernández Lebrato, que junto a su esposa, Sonia Medina Villanueva, logró salvar la vida del hombre. No obstante, Ramón Fernández apunta a la buena fortuna como un factor esencial, ya que él es cirujano vascular y su esposa ATS de la uvi móvil de Oviedo. «La verdad es que al hombre le sonrió la suerte, porque dio la casualidad que él estaba dando una clase a mi esposa, mientras yo, que ya había acabado, conversaba con mi monitor en la parte de abajo», apunta Fernández Lebrato.
El desplome del monitor austriaco se produjo cerca del punto en el que se encontraba el cirujano noreñense, que incluso lo vio. «Si llega a ocurrirle en la parte alta de la pista, lo hubiera tenido peor, pero al ser allí de inmediato pudimos empezar con los ejercicios de reanimación», aseguró.
El buen equipamiento con el que cuentan los servicios médicos de la estación austriaca también les ayudó, ya que cuando llegó la asistencia comprobaron con alivio que tenían un desfibrilador.
«Ellos no tenían mucha idea de usarlo, pero Sonia, con su experiencia en la uvi móvil, se puso a los mandos y lo reanimó», explicó Fernández Lebrato. Posteriormente llegó un helicóptero que trasladó al monitor hasta un hospital, donde permanece ingresado, aunque está estable y consciente.
La intervención del matrimonio noreñense ha tenido una gran incidencia en los medios austriacos. «En cuanto se enteraron, los del hotel ya vinieron a vernos, y a partir de ahí han llamado de varios medios. Y como además es mi cumpleaños, el teléfono no ha dejado de sonar», concluyó el médico. Aunque al final, el regalo de cumpleaños se lo ha acabado llevando el monitor.